Recuerdos, dicen.
Tampoco
basta con tener recuerdos. Hay que saber olvidarlos cuando son muchos, y hay
que tener la inmensa paciencia de esperar a que vuelvan. Pues no sirven los
recuerdos. Tienen que convertirse en sangre, mirada, gesto; y cuando ya no tienen nombre, ni se distinguen
de nosotros, entonces puede suceder que, en un momento dado, brote de ellas la
primera palabra de un verso."
R. M. Rilke.
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